Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba (MESC)
Las organizaciones del Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba (MESC) abajo firmantes condenamos rotundamente la exclusión perpetrada por el gobierno norteamericano de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre de las Américas celebrada estos días, del 6 al 10 de junio, en la ciudad de Los Ángeles. Entendemos que el gobierno del país anfitrión se arroga una potestad que no le pertenece, la de seleccionar a los países asistentes, cuando en realidad su obligación es cursar las respectivas invitaciones protocolarias.
Pero esta maniobra sectaria va mucho más allá de tal prepotencia. La intención es convertir la cumbre en un aquelarre neocolonial desde el que lanzar ataques, precisamente contra los países excluidos, con el falso pretexto de la democracia. Para ello necesitan eliminar cualquier voz que ponga en cuestión las políticas de capitalismo salvaje que desde Washington se imponen a los pueblos latinoamericanos, sumiéndolos en la miseria.
Muy especialmente, se trata de silenciar la voz de Cuba, cosa que de todos modos no van a lograr, pues sus denuncias resuenan en todo el continente, especialmente contra el bloqueo que dura ya más de 60 años; también pretenden ocultar su política social exitosa que, pese a la crudeza del propio bloqueo, contrasta con la postración en que viven las grandes mayorías latinoamericanas, desde el tiempo de la colonia. Esta censura informativa incluye asimismo a las organizaciones de la sociedad civil cubana, a las que también se les ha impedido acudir a la Cumbre, como también denuncia el propio presidente cubano, Miguel Díaz Canel.
La Administración USA convierte así lo que debería ser una cumbre continental americana, que dirimiese los grandes problemas que afectan a esa parte del mundo en un panfleto calumnioso contra Cuba y cualquier país que intente mínimamente poner la economía al servicio del pueblo en lugar de las grandes multinacionales.
Pero la manipulación excluyente no le ha salido tan bien a los imperialistas como ellos pensaban. No pocos países latinoamericanos han negado su asistencia a una cumbre convertida en corrillo de aduladores imperiales. De los primeros en exigir la presencia de todo el continente sin exclusiones ha sido México, cuyo presidente, López Obrador ha denunciado sin ambigüedad la manipulación. También se han posicionado en contra de asistir las naciones caribeñas; Bolivia y Honduras han declinado también el vasallaje y hasta el propio ultraderechista Bolsonaro puso reparos a una cumbre convertida en una reunión colonialista. Incluso un país netamente oligárquico como Guatemala ha mostrado su rechazo. Por supuesto que Nicaragua y Venezuela han declarado que jamás asistirán a ninguna cumbre excluyente de países de América Latina.
Los imperialistas en Estados Unidos han planteado una cumbre para recuperar América Latina como su patio trasero. Siguen demostrando con ello su voluntad de dominación para con los pueblos del continente. Con ello demuestran que no quieren enterar de que la doctrina Monroe hace tiempo que pasó a la historia y ahora las mayorías latinoamericanas luchan por liberarse de las cadenas imperialistas y la explotación del capital. Siguiendo la estela cubana es un objetivo que lograrán más temprano que tarde, pese a las rabietas y desmanes de la Casablanca. Con ellos y sus clases trabajadoras y populares toda nuestra solidaridad.
¡Viva la lucha antimperialista de los pueblos latinoamericanos!
¡Viva la lucha de la clase obrera!
¡Viva Cuba Socialista!